Como ya os adelanté, el
sábado fui a visitar Cinqueterre.
Cinqueterre es una parte costera situada en la Provincia de la Spezia, Liguria.
Está formado por cinco pueblos: Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore. En 1997, estos cinco pueblos,
fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y en 1999 se creó el
Parque Nacional de Cinqueterre.
Nuestro tren salió a las 7
de la mañana y llegamos a Monterosso,
primer pueblo, a las 11. Monterosso es la zona más poblada de Cinqueterre y donde
se encuentran las mayores playas. El símbolo de esta ciudad es La estatua II Gigante, representa a
Neptuno, Rey de los Mares . Fue construida en el año 1910 por el arquitecto
Levacher y el escultor Minerbi.
Después de ver esta
escultura , subimos a la parte alta de la ciudad, desde allí las vistas son
espectaculares. Dimos un paseo por el Centro Histórico, donde nos topamos con
la Iglesia de San Juan el Bautista,
una capilla del siglo XIV, paseamos por las playas de Monterosso y cogimos el
tren hasta nuestra segunda parada.
La siguiente parada era Vernazza, lleno de casas coloridas y
con un puerto de pequeño tamaño. Lo primero que vimos al llegar fue la Iglesia de Santa Margarita de Antoquia, de estilo gótico y construída en 1813. Paseamos entre sus calles y descansamos en el espigón del puerto. Todo
él lleno de gente que disfrutaba del buen tiempo que nos hizo.
La tercera parada debía de
haber sido Corniglia, pero ya que
solo íbamos un día decidimos saltárnoslo porque para acceder hasta este pueblo
hay que subir o una larga escalinata o coger un autobús desde la estación, lo
que nos iba a quitar mucho tiempo. Corniglia se sitúa en un promontorio de más
de 100 metros y es el único de los cinco pueblos que no tiene acceso directo al
mar.
El anteúltimo pueblo era Manarola, el que más nos gustó. Son
casas de diferentes y llamativos colores, enclavadas en la piedra. Después de callejear, paramos en la piscina
natural de piedras que posee y nos dimos nuestro primer baño del año!
Y por último Riomaggiore. Desde la estación hay que
caminar un poco, pasando por un túnel hecho totalmente de mosaicos que
representan la fauna marina de estos pueblos. Es de aspecto similar a Vernazza
y Manarola: casas de colores, calles estrechas… tomamos un helado en su malecón
y esperamos a que llegase el tren para volver a Milán.
Si se va más tiempo, por
ejemplo, un fin de semana, es recomendable hacer todo el trayecto entre pueblo
y pueblo andando. Esta ruta recibe el nombre de Vía dell’amore.
3 comentarios
Excelente reportaje. Por cierto que el peor sistema para hacer la ruta es el coche...
ResponderEliminarPor? Tenia pensado ir en algun momento. dificil aparcar, trafico...?
ResponderEliminarDonde dejaron el equipaje?
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