Si volvemos a la Alameda Principal, pasamos la
catedral y seguimos andando, llegaremos a la Plaza de la Marina y nos toparemos con la estatua dedicada a Hans Crhistian Andersen, famoso escritor
danés, que conmemora la visita del escritor en octubre de 1862 y que recogió en
su obra Viaje por España. “En ninguna
otra ciudad española he llegado a sentirme tan dichoso y tan a gusto como en
Málaga”, llegó a decir Andersen.
En la Plaza de la Marina empieza el Parque de Málaga, de casi un kilómetro de longitud. En este
parque se encuentran edificios como el
Ayuntamiento, edificio del siglo XX y de estilo neobarroco; la sede del Banco de España; el
neomudéjar Rectorado de la Universidad de Málaga, construido entre 1916 y 1926
y que fue la antigua oficina de Correos; o el
Palacio de Aduanas, construido en 1788 con la misión de atender el
tráfico del puerto.
Si se atraviesa todo el parque se llega a la Plaza de Toros de la Malagueta,
construida en el año 1874 por Joaquín Rucoba. En 1976 fue declarada conjunto
Histórico Artísticoy en 1981, Bien de Interés Cultural.
Ayuntamiento
Este mismo camino se puede hacer por el paseo marítimo que llega hasta el puerto. El paseo atraviesa el Palmeral de las Sorpresas, dónde se encuentra la pérgola diseñada por el arquitecto Jerónimo Junquera. La estructura ha recibido ya algún que otro premio por su estética, el más reciente el Premio Internacional de Arquitectura Obras CEMEX.
Y ahí se encuentra el Muelle 1, lleno de bares, restaurantes, tiendas… Con mucho
ambiente tanto de día como de noche. Al final del muelle está la Farola, faro
realizado por el ingeniero Joaquín María Pery y Guzmán, cuya construcción se
dio por finalizada en el año 1817. Es uno de los principales símbolos de la
ciudad de Málaga.
La Farola desde el Club Mediterráneo
Si volvemos a la Alameda Principal, pasamos la catedral y seguimos andando, llegaremos a la Plaza de la Marina y nos toparemos ...