Además del centro, Melbourne posee dos barrios a las
afueras que merece la pena visitar. El más cercano a la city es el de St Kilda, a
seis kilómetros de distancia. Para llegar es necesario coger el tranvía y en
este caso es obligatorio pagar, ya que no está dentro de las zonas gratuitas.
En la actualidad, y desde la década de los 60, St Kilda es considerado como el
barrio más bohemio de Melbourne, con un público sobre todo joven. Su playa, en la que habitan familias de
pingüinos azules que se pueden ver al caer la tarde, y la calle principal, Fitzroy Street, con un gran número de bares y
restaurantes con música en directo y un ambiente excepcional, son los lugares
más frecuentados.
En la campa cercana a la playa y en sus inmediaciones
se celebran cada año distintos eventos y festivales, como el St Kilda Festival,
uno de los más popular en Australia. En el momento que nosotros fuimos estaba
teniendo lugar uno destinado a la recolección de fondos para la Fundación de la
Leucemia. Por todo esto, St Kilda es un sitio que merece la pena visitar, para
desconectar en sus playas, disfrutar de sus bares y restaurantes o incluso,
entrar en el Luna Park, un parque de
atracciones que existe también en Sydney.
La city desde St Kilda
St Kilda beach
Calles con bares y restaurantes
El área de Brighton
beach, a media hora del centro, es la otra zona a la que hay que acudir
antes de dejar Melbourne. Se trata de un barrio residencial acomodado conocido
por las 80 casetas de colores que bordean
la playa. Estos pequeños barracones de madera son tan famosos que han sido
incluidos dentro del patrimonio nacional de Australia. Fueron construidos
durante la era victoriana para que sus dueños pudiesen cambiarse de ropa
tranquilamente y por su popularidad han llegado hasta nuestros días, convirtiéndose
en uno de los principales emblemas de la capital de Victoria. Los fines de
semana los dueños abren las puertas de sus casetas invitando al público a
conocer el interior. Para llegar hasta Brighton beach hay que tomar un bus o
tren desde el centro, o bien, ir en coche.
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