Al llegar a Singapur
me dirigí al hostal para dejar todo el equipaje y empezar a conocer la ciudad.
La zona más barata para alojarse es el área de Little India, formado por pequeñas casitas de colores donde vive la
población india que llegó a Singapur en 1819 en busca de trabajo. Es de calles
estrechas y edificios bajos y además entre ellos se pueden encontrar templos
hindús o mezquitas como la de Abdul
Gaffoor, declarada monumento nacional. Este edificio fue levantado en 1907
para cubrir las necesidades religiosas de los indios musulmanes procedentes del
sur del país y de los indonesios de la isla de Bawean.
Cerca de Little India se encuentra el Arab Quarter, es decir, el barrio árabe, también conocido
como Kampong Glam. La calle
principal del mismo es Arab Street,
con infinidad de tiendas de telas y ropa y con otra gran mezquita, la del Sultán. Su cúpula dorada se divisa casi desde
cualquier parte del área árabe y aunque la entrada está restringida a los
musulmanes, es recomendable acercarse para apreciar los contrastes que ofrece
Singapur.
Little India
Mezquita Abdul Gaffoor
Arab Quarter
Mezquita del Sultán
De Little India o Arab Quarter al corazón de la urbe
no hay mucha distancia. Podéis elegir entre ir en metro o hacerlo a pie, yo soy
de las que piensa que es mejor conocer una ciudad andando y perderse para
llegar a lugares inesperados y así lo hice. A medida que me fui alejando de
estos dos barrios empezaron a aparecer los grandes edificios que caracterizan
al gigante financiero y por fin, tras aproximadamente media hora de caminata,
llegué al imponente hotel de Marina Bay
Sands, ¡un sueño cumplido, ahora sólo me queda poder alojarme en él!
Este hotel de cinco estrellas es conocido a nivel
mundial por su impresionante
arquitectura, de la que destacan las tres torres que lo componen y la planta número 57, denominada como Sands Skypark, un parque al aire libre que conecta los tres ejes y en el
que hay un mirador, una discoteca, un restaurante y la infitiny pool más famosa
del mundo. Subir a este piso es gratuito si vais al restaurante (yo subí,
estuve un rato y con la misma baje, sin tomar nada), sin embargo, la entrada al
mirador tiene un precio de 20 dólares de Singapur, 13 euros, y hay zonas
restringidas a las que sólo pueden acceder los huéspedes, entre ellas la
piscina. Las vistas son impresionantes desde cualquier punto de la terraza.
Marina Bay Sands
Entrada el hotel
Restaurante
Infinity pool
Vistas frontales
Vistas traseras
El ascenso al Skypark se hace a través de la torre
tres y antes de eso, podéis aprovechar para dar un paseo por el enorme centro comercial que hay en la
parte delantera del hotel o, si os gusta el juego, entrar al casino más costoso del mundo, propiedad
de Las Vegas Sands. Cuenta con más de 2.300 máquinas y 600 mesas con 13
modalidades de juego. ¡La perdición para muchos!
Además, de la zona frontal de las inmediaciones de
Marina Bay llaman también la atención el diseño del ArtScience Museum, con forma de flor de loto y donde se suelen
mostrar exposiciones itinerantes; el del
puente Helix, constituido por dos espirales de acero que representan la
estructura del ADN; y el Youth Olympic
Park, llamado así por las Olimpiadas celebradas en Singapur en 2010. En él
hay unas gradas y una panorámica espectacular de la ciudad, sobre todo de
noche.
Centro comercial
Puente Helix
De noche...
0 comentarios