Al margen de los deportes extremos, otra de las cosas
que se suele hacer al visitar San Gil es acercarse al pueblo vecino de Barichara, declarado patrimonio
cultural de Colombia y conocido, al igual que Villa de Leyva, por ser uno de
los más bonitos del país. Para llegar allí hay que coger un autobús desde la
estación urbana y abonar 4.800 pesos colombianos, es decir, 1.35 euros. El
pueblo, construido en piedra amarilla, es pequeño y fácil de recorrer. Además
su estilo le hace ser considerado como un muy “buen ejemplo de desarrollo
urbano a la manera andaluza”.
Tiene muchísimo encanto por lo que muchos de los
turistas que lo visitan deciden pasar varios días allí. Es un lugar adecuado
para desconectar y relajarse, tal y como dice su nombre en el dialecto indígena
de los guanes: “Lugar de descanso”. El edificio que más llama la atención es la
Catedral de la Inmaculada Concepción,
erigida en ese mismo lugar porque según se cuenta, fue donde en el año 1702, un
campesino se encontró con la Virgen. Merece la pena entrar ya que su interior
está dotado de una gran belleza arquitectónica. Todo el pueblo fue construido
sobre una colina así que os recomiendo subir a lo alto para obtener una mejor
perspectiva.
Catedral de la Inmaculada Concepción
Al margen de los deportes extremos, otra de las cosas que se suele hacer al visitar San Gil es acercarse al pueblo vecino de B...