Tras un gran desayuno de tipo buffet, nos despedimos
de la isla y de su staff y pusimos de nuevo rumbo a Viti Levu. Recorrimos toda la costa
de Coral, desde Sigatoka,
principal localidad turística en esta parte del archipiélago, hasta Uprising beach, donde se encontraba
nuestro segundo resort. Descansamos durante toda la mañana en la piscina del
hotel y justo después de comer nos llevaron a hacer una ruta por la jungla.
Nuestra cabaña
El tour estaba operado por la compañía Terra Treks, que ofrece distintos paquetes,
como por ejemplo, visitar la floresta en quads. El nuestro era mas sencillo, se
trataba de una caminata por toda la vegetación hasta alcanzar unas cascadas,
donde pasamos toda la tarde. Fue un alivio llegar allí y poder bañarnos ya que
el calor que hacía era muy intenso. Además, pudimos tirarnos desde lo alto a
través de una cuerda y ver como los guías hacían acrobacias en al aire antes de
llegar al agua.
A lo largo del camino vimos también como son las típicas casas fijianas y empezamos a
comprender las largas caminatas que tienen que realizar los niños fijianos que
viven en aldeas remotas para llegar a sus colegios. Si bien, en esto no
profundizamos hasta el día siguiente, cuando nos llevaron a visitar una escuela
y a pasar tiempo con ellos, lo que podréis ver en el siguiente post.
Uno de los guías preparado para hacer acrobacias
Nuestro grupo junto con los guías
De vuelta al resort, cenamos todos juntos mientras
disfrutamos de otro show de danzas fijianas. Este no fue tan bueno como el de
la isla de Robinson Crusoe pero tenía una ventaja, y es que todo aquel que
quisiese podía recibir unas lecciones rápidas para aprender los pasos
principales.
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