El pasado mes de octubre, otra de las asociaciones
Erasmus que hay en Milán, Amico Erasmus,
organizó un viaje al Oktoberfest de
Múnich, una celebración que se lleva a cabo, desde el año 1810, durante los
meses de septiembre y octubre. Su origen
tiene lugar en la celebración del matrimonio del Príncipe Luis I de Baviera con
la Princesa Teresa de Sajonia- Altenburgo. Al tener tanto éxito se continuó
celebrando cada año.
Es la fiesta
más popular de Alemania y una de las más grandes del mundo, con más de seis
millones de visitantes al año. Dura aproximadamente dos semanas, dando comienzo
el primer sábado después del 15 de septiembre. Esta fiesta tiene lugar en el
campo Theresienwiese que se abarrota
de gente con el traje típico alemán, de enormes jarras de cerveza y comida
tradicional de la ciudad.
Este viaje ha sido otra de nuestras grandes
aventuras. Salimos en autobús desde Milán a las dos de la mañana de un
viernes y tras siete horas de viaje
llegamos al recinto del Oktoberfest. Cansados, pero con muchísimas ganas,
empezamos a caminar entre las diversas carpas, entre las que se encontraban las
conocidas marcas de cerveza: Augustiner, HB, Paulaner, LOwenbraun…
Sobre las 10 ya comenzamos con la fiesta en la carpa
de Paulaner. Coger sitio es dificilísimo, así que es recomendable no moverse
una vez habiendo encontrado uno. Hay mesas al aire libre o dentro de las
carpas, donde suele haber más ambiente ya que ponen música. Tanto dentro como
fuera, son los camareros los que van a tomar nota de lo que quieres. El precio
de las jarras de cerveza es de 10 euros, un buen precio para el gran tamaño que
tienen.
Estuvimos en las carpas hasta las 5 de la tarde,
momento en el que comimos un buen perrito caliente, tradicional de Alemania y
nos fuimos a visitar la ciudad de Múnich. Caminamos hasta llegar a Marienplazt, la plaza central, fundada
en el año 1158. Es el centro neurálgico de la ciudad y alrededor de ella se
encuentran las principales calles comerciales.
En esta plaza se encuentra el Ayuntamiento Nuevo, construido entre los años 1867 y 1908. Es de
estilo neogótico y su fachada principal tiene casi 100 metros de longitud. En
él se encuentra el Glockenspiel, es un antiguo carillón de
unos 100 años de antigüedad, formado por 43 campanas y 32 figuras en tamaño
natural que recrean diferentes acontocemientos históricos de la ciudad. Se
puede ver en funcionamiento varias veces al día durante 10- 15 minutos. También se puede ver el Ayuntamiento Viejo, Althes Ratahus, construido en 1474.
A escasos cinco minutos de
Marienplazt se encuentra la Ópera
Estatal de Baviera, compañía principal de ópera de Munich y una de las más
importantes de Alemania y del mundo fundada en el 1653. Antes de volver al
reciento del Oktoberfest, vimos otro de los edificios más importantes de la
ciudad, la Catedral de Nuestra Señora de
Munich, encargada por Segismundo de Baviera y erigida por Jörg von
Halsbach. Se comenzó a construir en el año 1468 dándose por acabada 20 años más
tarde. Hoy en día, sus torres pueden ser vistas desde cualquier parta de la
ciudad gracias a una orden del consistorio de Múnich que prohíbe cualquier
edificación de mas de 100 metros.
Si se va más días es
recomendable ver también el Jardín Inglés de Múnich, el Palacio de Nymphenburg
o sus tres famosas pinacotecas. Nosotros como sólo estábamos un día decidimos
regresar al recinto del Oktoberfest a tomar la última cerveza antes de coger el
bus de vuelta a Milán.
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