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Llegada a Bagan, alojamiento y templos principales
27.11.19
Y después de la segunda noche en autobús nocturno
llegué a Bagan, uno de los lugares más turísticos de todo Myanmar.
Desde el primer momento en el que pongáis un pie en el que ha sido declarado
como Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco, os intentarán timar, así
que despertad los cinco sentidos que comienza el juego. Como la estación de autobuses está un poco apartada del centro, al bajar de
vuestro transporte se os acercarán decenas de locales para que os subáis en su taxi y os intentarán cobrar cifras
desorbitadas. Yo, tras una pequeña discusión, conseguí coger uno por 6.000 kyats, tres euros y medio, pero
si no estáis muy espabilados os dirán que el precio fijo y obligatorio es de
15.000, luego os lo bajarán a 8.000 y de ahí tendréis que negociar si queréis
pagar un poco menos.
La mayoría de los autobuses y taxis suelen parar en
unas taquillas donde tendréis que abonar 25.000
kyats, 15 euros, que ellos denominan como “la tasa arqueológica”, para el mantenimiento de los templos. Hay bastante
controversia en torno a este tema, ya que no se sabe muy bien a dónde va a
parar el dinero y además nadie te suele pedir el ticket, por lo que si os lo podéis
ahorrar, como yo, mejor que mejor. Sin embargo, esto no dependerá de vosotros
si no de vuestro conductor y si decide hacer esta pequeña parada técnica (cosa
que el mío no hizo).
En Bagan escogí la cadena de hostels de Ostello Bello, de origen italiano. En este
pueblo tienen dos: el original, que lleva abierto unos cuantos años, y el que
tiene piscina, que es el nuevo. La mayoría de la gente se suele quedar en el
primero, con más ambiente y actividades. Yo opté por el segundo, que es más
tranquilo, pero me pasaba las noches en el viejo. Los precios son asequibles y
además organizan un Free Tour por los
templos que merece la pena. Para ello, tendréis que alquilar una E-moto, es decir, una moto eléctrica, por 5.000 kyats el día, que os servirá para
moveros por el amplio área por el que se localizan los más de 4.000 templos.
Cabe destacar que Bagan fue la capital del imperio Pagan (birmano) y que estos templos
fueron levantados durante los siglos XI
Y XIII, a petición del monarca Anawrahta y los consecutivos a él. A finales
del siglo XIII comenzó el declive,
según creen algunos, a causa de las huestes
mongolas, es decir, la invasión del imperio Pagan por parte del imperio
Mongol. En el siglo XX, los templos comenzaron a ser restaurados para darles el
aspecto que tienen hoy en día, dañado a su vez por los terremotos de los años 1975
y 2016. Después de este último, se prohibió que la gente subiese a
ellos, algo de lo que hablaré más tarde.
En el Free tour te llevan a los templos más
importantes. Nosotros comenzamos la visita con la pagoda de Dhammayazika, construida en 1196 durante el reinado
del monarca Narapatisithu. Llama la atención por su cúpula dorada que destaca
sobre el resto del edificio, hecho con ladrillo. En sus costados se pueden ver cerámicas que representan escenas
de Jataka, un relato budista que explica una de las etapas del Buda histórico en
su proceso por alcanzar la iluminación en una de sus vidas anteriores, que la mayoría
de las veces suelen ser en forma de animal y no humana.
Después, nos subimos en la moto eléctrica para llegar
al templo Dhammayangyi. Es el más
grande de Bagan y fue erigido durante el reinado de Narathu, que mató a su
padre y su hermano mayor para acceder al poder. Más tarde, él mismo fue asesinado
por indios o cingalenses y por este motivo dicen que el templo no fue terminado.
Además, y por razones que se desconocen, el centro del mismo está bloqueado por
ladrillos, por lo que sólo se pueden visitar cuatro salas y los pasillos más
próximos al exterior. El templo de
Sulamani, levantado en 1183 también por Narapatisithu, fue el siguiente. Lo
que le hace especial es, sobre todo, la buena
conservación de sus frescos.
Dhammangyi
Sulamani
Y cerramos el tour con uno de los más imponentes, el de Ananda, cuya construcción data
del año 1105, durante el reinado de
Kyanzittha de la dinastía pagan. En su interior se encuentran cuatro
figuras de Buda de pie, orientadas al este, norte, oeste y sur. El templo de
Ananada es tan espectacular que le han dado el nombre de ‘la Abadía de Westminster birmana’.
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