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Tailandia: visita a Chiang Rai

31.1.16

Otra de las joyas del norte de Tailandia es Chiang Rai, aún más al norte que Chiang Mai. Esta pequeña ciudad de 60.000 habitantes se encuentra justo al límite con Laos y Birmania, formando el conocido Triángulo de Oro, y está rodeada por lugares con un gran interés turístico. Si tenéis poco tiempo, lo mejor es que hagáis como nosotros y reservéis un tour de día para visitarlo. Nos costó 1.200 baths, 31 euros, en una de las tantas agencias de viaje que veréis en Chiang Mai.

Te recogen en el hostal/hotel a las siete de la mañana para emprender el camino, de tres horas, hasta Chiang Rai, pero antes de llegar paran en el Hot Spring Thaweesin. Se trata de un gran geisher de agua caliente y de unas fuentes donde los turistas aprovechan para meter los pies. Si vais por vuestra cuenta esta parada podéis evitarla ya que, por lo menos para mi, no tuvo nada de interesante.







El siguiente punto incluido en el tour es el magnífico Templo Blanco, Wat Ron Khung, el que más me gustó de todo el país. Diseñado por el artista tailandés Don Chalermchai Kositpipat, se empezó a construir en 1997 y aún no está terminado. Llama la atención porque no tiene nada que ver con los templos que os he mostrado hasta ahora. Su diseño contemporáneo mezcla el color blanco, que representa la pureza de Buda, con pequeños cristales que serían la sabiduría de este. La entrada es gratuita.

Para llegar a la sala principal del edificio hay que pasar primero por un pequeño pasillo rodeado por manos que simbolizan el sufrimiento de la humanidad, y es que según el autor del templo “para llegar al cielo primero hay que pasar por el sufrimiento”. Posteriormente, hay un puente que desemboca directamente en esta sala, recubierta de pinturas que nada tienen que ver con Buda. Son dibujos sobre lo que, para Kositpipat, sería el infierno. Además se pueden ver incluso pintadas las Torres Gemelas, personajes de Dragon Ball, Angry Birds, Spiderman o Matrix. A la salida veréis un gran edificio dorado, que si bien parece importante, son sólo los aseos del recinto. ¡Hasta eso es bonito!












 Baños del templo
Es gratuito pero puedes dejar tu donación en este árbol de dinero

Y antes de comer, almuerzo que estaba incluido en el precio, visitamos un poblado de las mujeres jirafa, conocidas como Karen Long Neck. Esta tribu tiene sus orígenes en Birmania y según cuenta la leyenda, los anillos empezaron a colocarse para evitar ataques de tigres. También se rumorea que el principal objetivo de estas piezas de latón eran afear a la mujer y evitar así que fuesen esclavizadas. Los grupos de esta etnia birmana empezaron a llegar a Tailandia en 1990 escapando del conflicto con el régimen militar de su país y vivían de las limosnas que los turistas les daban.

Actualmente, viven por y para el turismo. Realizan trabajos manuales como coser telas preciosas que después venden a las personas que las visitan. En torno a esto hay un gran conflicto abierto ya que son muchos los que dicen que desde que cumplen los cinco años son obligadas a llevar los anillos y posar para las fotos de los extranjeros que acuden a los poblados. Desgraciadamente, lo más probable es que tengan razón, ya que están expuestas al público como si de un museo se tratase. La verdad es que yo me lo imaginaba distinto.

Una cosa que siempre había escuchado sobre ellas es que no se podían desprender nunca de los collares porque al tener deformada la columna y el cuello y al estar este mismo debilitado, podían morir al no ser capaces de aguantar el peso de la cabeza. Sin embargo, allí nos contaron que se lo quitan a menudo para dejar descansar los hombros, ducharse o dormir, incluso nos enseñaron fotos.




 Tribu Akha a la entrada del poblado de las mujeres Karen Long Neck




 Karen Long Neck







 Productos que fabrican



Y la última parada antes de volver a Chiang Mai fue el Triángulo de Oro. Como os he dicho antes, aquí es donde se juntan Tailandia, Laos y Birmania. Estos tres países están separados de manera natural por el río Mekong, que recorrimos en una barca para después cruzar a Laos. Allí estuvimos aproximadamente media hora y aunque no hay nada que ver, sólo puestos para turistas, es interesante poder decir que has estado en dos países en menos de diez minutos. Lo que impacta al llegar aquí es la enorme cantidad de niños pidiendo limosna y con los que estuvimos jugando hasta que llegó la hora de volver a Tailandia.

 Muelle para coger el barco

 Gran Buda de Oro


 Un casino
 Llegando a Laos


En Laos con los niños


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