Como ya os dije anteriormente, Bangkok no siempre ha
sido la capital del reino de Tailandia, conocido antiguamente como reino de Siam. Se dice que el país fue
formado en 1238 y que por aquel entonces la capital era Sukhothai, una pequeña ciudad ubicada a 427 kilómetros al norte de
Bangkok. Sin embargo, un siglo más tarde, en 1350, empezó a crearse Ayutthaya y con ello la capital se
trasladaría a este área. Fue en 1767 cuando Ayutthaya fue invadida y destruida
por el ejército birmano en consecuencia de la guerra que enfrentaba a estos dos
países. A raíz de ello, el reino quedaría en ruinas y se volvería a trasladar
la capital dos veces más, la primera de ellas a Thon Buri y posteriormente y de
manera definitiva a Bangkok.
Las ruinas que quedaron son lo que constituyen hoy en
día el Parque Histórico de Ayutthaya,
declarado Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco en 1991. Es una visita muy común entre los turistas por su gran
valor histórico, su belleza particular y su cercanía con Bangkok. La mejor
manera para llegar es coger un minibús
desde el Monumento a la Victoria, en
el centro de la ciudad, que te deja en la parte nueva de Ayutthaya. Tiene un
precio de 60 baths por trayecto, 1.52 euros, recorre 80 kilómetros y tarda hora
y media aproximadamente.
Para ver el complejo histórico es necesario moverse en tuk-tuk, bicicleta (una de
las opciones que más gustan a los extranjeros, pero bajo mi punto de vista,
poco factible) o moto, ya que hay
distancia entre los distintos templos. Nosotros escogimos esta última y pagamos
200 baths, 5 euros. Os recomiendo que vayáis desde bien pronto para poder
aprovechar la luz del día y volveros a Bangkok, o seguir vuestro viaje hasta
Chiang Mai, al caer la noche.
En su época de máximo esplendor, la que fuese capital
de Tailandia por 400 años contaba con más
de 500 templos. Muchos de ellos fueron reducidos a cenizas tras el ataque
birmano, sin embargo, las ruinas de muchos otros se mantienen en buenas
condiciones gracias a los trabajos de conservación que se han realizado. Entre
los más populares se encuentra el de Wat
Yai Chai Mongkhol, construido en 1357 por el rey U-Thong para los monjes
que llegaban de Sri Lanka, en aquella época conocido como Ceilan. La
característica principal de este templo es la gran estupa de 62 metros de
altura a la que se puede acceder y obtener unas maravillosas vistas de todo el
recinto.
En el interior de la estupa
Y una de las imágenes más conocidas de Tailandia es
la famosa cabeza de Buda atrapada entre
las raíces de un árbol. Pues bien, esta figura se localiza en el Wat Maha That. Muchos dicen que se
encuentra allí porque fue abandonada, sin embargo, también se rumorea que fue
un ladrón el que acudió allí para esconderla y que cuando quiso volver ya era
demasiado tarde para sacarla de entre las raíces. Además, este templo fue uno de los más importantes
por su proximidad al Gran Palacio, que quedó completamente destruido, y por
haber contenido las reliquias de Buda consagradas.
Sin embargo, el más grande y sagrado, ubicado en el
mismo recinto del Gran Palacio, fue el templo Wat Phra Si Sanphet, que sirvió de modelo para la construcción del
templo del Buda Esmeralda de Bangkok. Era propiedad de la familia real y
utilizado por los mismos para sus eventos, tanto es así que dos de las tres
estupas que lo componen fueron construidas en 1492 como mandato del rey
Ramathibodi II para enterrar a su padre y a su hermano. La tercera se levantó
100 años más tarde bajo el poder del rey Borommaracha IV.
Vistas desde una de las estupas
Otro de las principales atracciones que posee el
Parque Histórico de Ayutthaya es el templo Wat
Chaiwatthanaram, el que más nos impactó. No es tan antiguo como los
anteriores, se erigió en 1630 a orillas del río Chao Phraya, y de su
arquitectura llama la atención la torre central de 35 metros de altura hecha al
estilo camboyano. Esta misma esta rodeada por ocho pagodas conectadas mediante
paredes donde se pueden ver 120 estatuas de Buda sentado. En el momento en el
que lo visitamos se estaban realizando los preparativos para el Ayutthaya World Heritage Fair, una
feria que se celebra cada año en diciembre para conmemorar la declaración de
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Y si tenéis tiempo, podéis acercaros también a Wat Lokaya Sutha, donde hay una gran
estatua de Buda reclinado de 42 metros de largo y ocho de alto. No es tan
alucinante como la de Wat Pho, en Bangkok, pero es interesante de ver.
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