Chiang Mai es la ciudad más grande y cultural del norte de
Tailandia, lo que le hace ser la urbe más visitada de esta parte del país. Se
encuentra ubicada a 700 kilómetros de Bangkok, en la ribera del afluente más
importante del río Chao Phraya, el
Ping. Para llegar hasta ella hay tres opciones: coger un avión en la capital
(las compañías más baratas suelen ser ThaiLion Air o Nok Air), un autobús,
o bien tomar un tren desde la estación
de Hua Lamphong. Si tenéis tiempo, os recomiendo que hagáis como hicimos nosotros:
viajar en el tren nocturno, que cuenta con vagones con literas, sale a las 10
de la noche y llega a las 12 del medio día.
Como consejo, reservad
los tickets con antelación. Las camas se suelen agotar rápido y si pasa
esto tendréis que esperar al siguiente o ir en tercera clase, en unos asientos
bastante rígidos. Además, si optáis por la opción de la cama, pedir que os
pongan en la litera de abajo que es más amplia. Con esto os podéis ahorrar el
alojamiento de una noche. Los precios, que varían según el horario y el día, se
pueden consultar AQUÍ.
En cuanto al hospedaje, Chiang Mai cuenta con una
gran oferta entre hoteles y hostales y son incluso más baratos que en Bangkok.
Nosotros nos quedamos en el CentralGuesthouse, perteneciente a unos franceses muy simpáticos que viven allí
desde hace tiempo e intentan ayudarte siempre que pueden. Pagamos 300 baths, 8
euros, por una habitación doble con baño compartido y estábamos en pleno centro
de la ciudad.
Esta misma se divide en dos partes: el centro
histórico y lo que le rodea. El centro
histórico fue fundado en 1296 por el rey Mengrai, que decidió construir un
foso y levantar un muro alrededor para evitar los ataques de Birmania. Sin
embargo, nada se pudo hacer para que no cayese en manos de los birmanos y no
fue hasta 1774 cuando, por fin, Chiang Mai fue liberada por los tailandeses y
se anexionó al reino de Siam, lo que hoy en día conocemos como reino de
Tailandia.
Muralla de la ciudad
Tanto en el centro como en los alrededores hay muchas
cosas por hacer y conocer. Una de ellas es recorrer sus calles y contemplar alguno de los más 300 templos
que posee la ciudad. La mejor forma es alquilar una moto por 200 baths el día,
5 euros, y dar una vuelta parando en los que se considere oportuno. Sin duda,
los más interesantes son el Wat Phrathat
Doi Suthep y el Wat Doi Inthanon, pero están un poco lejos y no pudimos
acercarnos por falta de tiempo. Estos son los que visitamos:
Wat Phan Tao
Wat Chedi Luang, destruido por un terremoto
Wat Chiang Man
Wat Phra Sing
Y si por algo es también conocida Chiang Mai es por
el Sunday Market o Walking Street,
un mercadillo que se organiza todos los domingos desde las cuatro de la tarde
hasta las doce de la noche en Ratchadamnoen
Road. Los puestos de ropa, bolsos, complementos, souvenirs y otro tipo de productos hechos por los habitantes del
norte de Tailandia se entremezclan con áreas donde probar la gastronomía del
lugar, músicos y bailarines que amenizan la noche a los turistas. Si tenéis la
oportunidad, no dudéis ni un segundo en hacer coincidir vuestra estancia en
Chiang Mai con el domingo, más aún si queréis hacer compras, ya que es el lugar
donde más bajos están los precios.
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