El segundo día lo comenzamos en Berliner Unterwelten, un búnker de los muchos que se construyeron
por todo Alemania para proteger a las personas de los bombardeos que tuvieron
lugar en la 2ª Guerra Mundial. Una guía nos fue explicando todo, cada una de
las habitaciones de las que estaba constituido el búnker, como vivían allí las
personas… Hay diferentes tours y dependiendo del idioma es a una hora u otra,
así que si queréis verlo en castellano informaos antes, nosotros llegamos tarde
y lo vimos en inglés. El precio va desde los 10 a los 13 euros dependiendo del
tour.
Esto nos llevo toda la mañana, después comimos y nos
fuimos a visitar la Catedral de Berlín, construida
entre los años 1894 y 1905 sobresal ruinas de otra pequeña catedral de
estilo barroco. En 1944, la catedral quedó arrasada por una bomba que cayó sobre
la cúpula, causando graves daños en el interior. La reconstrucción ha sido
acabada en el año 2002. Por 7 euros los adultos y 4 euros, estudiantes, se puede subir hasta la
cúpula y ver Berlín desde lo alto.
Posteriormente, dimos un paseo por la Isla de los Museos, uno de los
conjuntos museísticos más importantes
del mundo. Esta Isla esta formada por cinco museos: el del Pérgamo, el Antiguo, el Nuevo de
Berlín, la Antigua Galería Nacional de
Berlín y el del Bode. Todo este conjunto ha sido declarado Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco.
Cerca de aquí se encuentra la Nueva Guardia, que fue nuestra siguiente parada, construida
en el año 1918 para conmemorar la derrota sobre las tropas napoleónicas y celebrar la liberación de Berlín. En su interior
se encuentra la escultura de una mujer que sostiene entre sus brazos el cuerpo
sin vida de su hijo, representa el sufrimiento del pueblo.
Y ya para finalizar el día nos acercamos hasta la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm, construida
bajo el mandato del Kaiser Guillermo II en honor a su abuelo. El edificio quedó
destrozado por las bombas y en vez de ser reconstruido se decidió dejarlo tal
cuál. Tuvimos la mala suerte de que estaban realizando su mantenimiento y por
tanto toda la fachada estaba tapada.
El último día lo aprovechamos para ir a East Side Gallery, el mayor tramo que se conserva del Muro de
Berlín con 1,3 kilómetros. Todo el muro esta pintado por graffitis que expresan
las esperanzas y la euforia ante un futuro mejor. Después de recorrerlo entero y caminar por
las orillas del río Spree, pusimos rumbo al Check Point Charlie.
El Check Point
Charlie fue el paso más conocido de
los utilizados durante la Guerra Fría. En el se podía conseguir el visado diurno
para cruzar de Berlín Este a Berlín Oeste. Cerca de este paso se encuentra el
propio museo Check Point Charlie, en
él te van contando, a través de unos cascos, como la gente lo vivió, sus anécdotas
y experiencias. El precio es de 12,50 euros para adultos y 9,50 para
estudiantes.
Por la tarde paseamos por Tacheles, centro cultural alternativo más famoso de
Berlín. Empezó con una casa okupa hasta convertirse en un lugar que alberga a
menudo exposiciones, conciertos…
La última cosa que visitamos antes de irnos de
vuelta a Milán fue el Palacio
Charlottemburg. Este palacio fue
construido entre 1695 y 1699 como lugar de veraneo de Sofía Carlota, segunda
esposa de Federico III, nombrado rey de Prusia en 1702. Se puede visitar el
interior, pero nosotros solo vimos su fachada por la noche. Muy bonita y bien
iluminada.
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