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Santa Marta, ciudad más antigua de Colombia
21.11.18
Después de estos maravillosos días en la Casa en el Agua, volví a Cartagena de Indias para tomar el autobús a Santa Marta. La forma más rápida es contratar un servicio de transporte puerta a puerta desde el
hostel en el que os quedéis, que en mi caso fue el Arsenal Boutique. Pagué
50.000 pesos colombianos, casi 14 euros, por las cuatro horas de viaje. La
razón por la que es mejor sacar un transfer, en lugar de utilizar el transporte
público, es que la estación de autobuses de Cartagena está bastante alejada de
la ciudad por lo que se pierde tiempo y dinero en llegar hasta la misma. Una
vez allí, me recomendaron alojarme en The Dreamer Hostel, donde pagué 35.000 pesos por noche, 9,60 euros, sin
desayuno (si se quiere incluir hay que abonar 11.000 pesos más, tres euros, por
un buffet libre bastante completo).
The Dreamer está muy bien, el único problema que
encontré es que se encuentra alejado de la ciudad y en consecuencia es
necesario tomar autobuses o taxis cada vez que se quiera hacer algo. Otras
opciones que os doy, más céntricas, son el Masaya Hostel, del que me han hablado fenomenal, o la Brisa Loca, si queréis fiesta 24/7.
Santa Marta,
ubicada en el departamento de
Magdalena, entre la Sierra Nevada y el mar Caribe, es la urbe más antigua de todo el país, el primer lugar al que
llegaron los conquistadores españoles en el año 1502. Su estética no es tan
llamativa como la de Cartagena de Indias pero merece la pena dedicarle un
tiempo. Yo empecé mi visita por el
Parque de los Novios, el punto neurálgico de la ciudad. De ahí, fui
caminando hasta la Catedral, la
primera en ser construida en todo América Latina. Levantada en estilo
renacentista, destaca principalmente porque en su interior se albergaron los
restos del fundador de Santa Marta, Rodrigo Bastidas, y durante 12 años, los
del libertador Simón Bolívar, antes de ser transportados a su Venezuela natal.
Cabe destacar que Bolívar falleció en esta localidad,
concretamente en la Quinta de San Pedro
Alejandrino, que puede ser visitada. Por esta razón, el libertador tiene
una escultura que lo honra y da nombre a la plaza en la que está colocada. En
las proximidades de la catedral, hay otros edificios que llaman la atención.
Entre ellos destaca la Casa de la Aduana,
convertida en Museo del Oro y en la
que se pueden ver distintas piezas de orfebrería pertenecientes a los antiguos
habitantes de la Sierra Nevada, los
tayronas. También está el del Concejo
Municipal, o la Parroquia de San Francisco, otra de las más antiguas de la
urbe.
Parque de los Novios
Catedral de Santa Marta
Concejo Municipal
Parroquia de San Francisco
Calles de Santa Marta
Lo que más me gustó de mi recorrido por el centro
histórico de Santa Marta fue la vida que hay en sus calles, donde los locales,
entre ellos habitantes indígenas de la sierra, pasan sus días vendiendo
artesanías o disfrutando de sus ratos libres. Yo estuve gran parte de la mañana
charlando con ellos y conociendo un poco más acerca de sus vidas. Por último,
me acerqué a la famosa bahía,
también conocida como “Playas del
Centro”. Lo más recomendable es dar un paseo por su avenida Rodrigo Bastidas, comer algo en alguno de los puestos callejeros
y terminar la tarde en la terraza bar
Corona para ver el atardecer.
Los arenales, al igual que en Cartagena, no se caracterizan por su belleza, pero
no olvidéis que seguís en el mar Caribe y por tanto podéis acercaros a playas
cercanas que os dejarán boquiabiertos.
Avenida de Rodrigo Bastidas
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