Y al otro lado de la playa de Padang Padang, es
decir, yendo hacia el norte, se localizan otras arenales de imponente belleza.
El primero es el de Bingin, formado
principalmente por rocas y coral. El acceso al mismo se hace a través de una
bajada bastante pronunciada. Este camino está rodeado por diversos lugares
donde alojarse y bares o restaurantes donde probar el pescado balinés. Nosotros
sólo estuvimos visitándolo, ya que si lo que se quiere es descansar y tumbarse
cómodamente, Bingin no es la mejor opción por sus formaciones rocosas que dejan
poco espacio a la arena.
Dreamland es la siguiente playa y probablemente una de las más
grandes de la zona. Llegar hasta ella es mucho más fácil que a la anterior.
Pagando unas pocas rupias se puede dejar la moto en un parking cercano y
caminar por unos pórticos, llenos de tiendas de souvenirs, hasta que por fin se
ve el mar. Os recomiendo que deis un paseo y subáis a lo alto de los
acantilados para tener unas vistas de infarto. Y si os gusta el ambiente chill out y queréis daros un capricho,
podéis ir al restaurante español El Kabrón, situado a 50 metros sobre el nivel del mar y con una infinity pool espectacular.
Pórticos de acceso
Pórticos vistos desde la playa
Desde el acantilado
El Kabrón y la playa vista desde el acantilado
Bingin al fondo
Pero mi playa favorita es la de Balangan, a escasos 10 minutos de Dreamland. Me pareció la más acogedora, con pequeños chiringuitos en los que, por cierto, se come de maravilla. Además ponen a disposición del cliente hamacas con sombrillas donde reposar después de un buen almuerzo. Suele estar llena de surfistas y los atardeceres que regala son dignos de ver.
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