La siguiente parada del viaje fue Phuket, una isla situada en el mar de Andamán, al sur de Tailandia.
Probablemente todos los que estáis leyendo el post habéis oído hablar de este
lugar y es que se trata del mayor destino turístico del país. Para llegar, se
puede tomar un tren desde Bangkok, ya que la isla está conectada a tierra a
través de un puente, o bien coger un avión con cualquiera de las compañías de
bajo coste que existen. Nosotros preferimos ir por aire y compramos los
billetes con la aerolínea Thai Lion Air.
La verdad es que Phuket no tiene muchos atractivos,
pero es un buen sitio donde descansar, relajarse y aprovechar para visitar
algunas de las otras islas que componen Tailandia, como por ejemplo, las más
que conocidas Koh Phi Phi. Y por
ello fuimos nosotros, para reponer fuerzas después de el no parar que supuso
nuestra estancia en el norte. Incluso decidimos alojarnos en un hotel bastante
mejor que los anteriores: el Raha GrandHotel, ubicado en la zona de Patong,
la más frecuentada del archipiélago. Pagamos 550 baths por la habitación, 13
euros, demasiado barato para lo bien que estaba!
El turismo que hicimos fue únicamente playero.
Deambulamos por Patong beach, comimos
en uno de los cientos restaurantes que hay en este área y alquilamos una moto
para poder movernos por allí y acercarnos así a otras playas como la de Karon. La tranquilidad se respira en el
ambiente, todo lleno de turistas relajados, el mar en calma y el sol brillando
con fuerza, sólo los carteles de “Tsunami,
ruta de evacuación” hacen recordar lo que se vivó en esta localidad
tailandesa en 2004. No hay que olvidar que Phuket fue una de las zonas
afectadas por el tsunami que sacudió las costas del océano Índico.
Señal de evacuación de tsunamis
Calles de Patong
Karon beach
Además, esta tranquilidad se ve interrumpida al caer
la noche. Si lo que andáis buscando es fiesta, podéis venir aquí, concretamente
a Bangla Road, en Patong. Es una
calle similar a Khao San Road, repleta de discotecas, Go-go bars y con altas
tasas de prostitución. No es raro ver a turistas acompañados por una o más
ladyboys, hombres convertidos en mujer que representan a una gran parte de la población
tailandesa.
Bangla Road
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