Buscalan fue, posiblemente, uno de los lugares de Filipinas
que más me gustó. Se trata de una aldea ubicada en las montañas del municipio
de Tinglayan, en la región Kalinga. Llegar hasta ahí es complicado
y más si vas a la aventura, como fue nuestro caso. Ya comenté en el anterior
post que después de ver los campos de arroz de Banaue y Batad, cogimos un
autobús público a Bontoc. Teníamos
que llegar allí antes de las dos de la tarde, cuando sale el último jeepney hacia Buscalan, sin embargo por
el camino nos encontramos con el enorme desprendimiento de una montaña y
estuvimos horas parados hasta que consiguieron retirarlo de la carretera.
Nos dijeron que en una hora todo volvería a la
normalidad, lo que a nosotras nos pareció bastante improbable viendo la cantidad
de tierra que había caído y el ritmo al que trabajaba la única excavadora que
había. Y así fue, estuvimos más de cuatro esperando bajo la lluvia para poder
retomar la marcha. En este tiempo conocimos a unos jóvenes filipinos cuya
intención era también llegar a Buscalan. Viajaban en una furgoneta privada, algo que sale rentable contratar si se viaja en grupo, y nos ofrecieron unirnos a
ellos al disponer de dos sitios libres. Aceptamos sin dudarlo, y menos mal,
porque si no habríamos tenido que hacer noche en Bontoc y esperar al día
siguiente para coger el jeepney.
En
condiciones normales, para ir de Manila a Buscalan, hay que coger un autobús hasta Banaue (nueve horas), de ahí
otro a Bontoc (dos horas y media, aproximadamente) y posteriormente un jeepney
(una hora y media).
El desprendimiento
Nuestros amigos filipinos, Salamat!!!!
Sara y yo pretendíamos llegar de día, ya que la
travesía hasta la aldea no termina al bajar del jeepney. El pueblo está en
medio de las montañas de La Cordillera y por tanto hay que caminar durante una hora para alcanzarlo. Son los habitantes del
poblado los que se encargan de bajar a buscar a los visitantes e indicarles el
camino a seguir, no apto para vagos al ser cuesta arriba y con una dificultad
media. De esto no nos dimos cuenta hasta
el día del regreso ya que la subida la hicimos a oscuras, alumbradas tan sólo
por la linterna de los móviles.
La mayor parte de la gente que va se queda varias
noches a dormir allí para poder así convivir con la gente. Por ello es
recomendable contactar con antelación con alguno de los paisanos y asegurarte
de que conocen de tu existencia y que puedan buscar una vivienda donde
alojarte. Nosotras nos quedamos en casa
de Charlie, uno de los personajes
más célebres de Buscalan, por detrás de la anciana Whang Od, de la que
hablaré más tarde. Nos comunicamos con el a través de SMS, si estáis
interesados podéis escribirle y él os recibirá encantado. Su número es: +63 (0) 998 188 8697. Hay que tener en cuenta que no hay cobertura en todo el área,
aunque sorprendentemente él suele contestar al instante gracias a un invento
que no comprendí muy bien (cuelga el móvil del tendedero a través de un cable y
así le funciona). Cada noche son 250
pesos, es decir, cinco euros.
PD: Nos olvidéis de llevar la comida correspondiente a los días que os vayáis a quedar. Allí podréis cocinar.
PD: Nos olvidéis de llevar la comida correspondiente a los días que os vayáis a quedar. Allí podréis cocinar.
Descendiendo del poblado
El famoso Charlie
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