El lugar de descanso para los singapurenses, y para
los turistas que cansados del calor buscan un sitio donde relajarse y disfrutar
de la playa, es la isla Sentosa.
Curiosamente, el nombre de este archipiélago de 500 hectáreas, situado en el
punto más al sur de Asia, significa “paz
y tranquilidad” en malayo. Pero no siempre ha estado dominado por la paz,
hasta la década de 1970 funcionó como fortificación para defender el puerto de
Singapur, como campo para prisioneros de guerra, zona de ejecución para los chinos
que fuesen en contra de Japón, área de entrenamiento militar y por último, lugar
de retiro católico.
Actualmente, cuenta con campos de golf, hoteles de
lujo y un gran centro de ocio en el que se encuentra el parque de atracciones UniversalStudios Singapore. La opción más barata para llegar hasta Sentosa es
trasladarse al centro comercial VIVO city, subir hasta el nivel 3 y allí comprar un ticket de ida y vuelta de Sentosa Express. Es una especie de tren
que por 3$ de Singapur por trayecto te deja o bien en la parada del parque
temático o cerca de las playas de la isla. La alternativa cara es tomar el
teleférico por 18$, 12 euros, desde la torre 2 de Harbour Front. Las vistas
deben merecer la pena, además incluye parada en el monte Faber, sin embargo,
preferí ceñirme a mi presupuesto de mochilera y prescindir de estas
panorámicas.
Una vez allí, ¡a disfrutar!. Tiene tres playas: Palawan, Siloso y Tanjong. Yo
os recomiendo ir a la de Palawan, donde hay un estrecho puente que cruza a otro
islote con vistas de la isla y de la figura de Merlion, símbolo de Singapur, situada en el Merlion Walk del archipiélago. Si no os gusta la playa siempre
podréis entrar a Universal Studios o dar un paseo por la zona y ver otra cara
de la urbe distinta a la que se ve en el centro de Singapur.
Vistas del teleférico desde Sentosa Express
Interior Sentosa Express
Calles de isla Sentosa
Playa de Palawan
Vistas desde el islote
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