Las zonas más ambientadas de Singapur son Clarke Quay y Boat Quay, muy próximas
la una de la otra. Son el lugar ideal para cenar o ir de copas, eso sí, los
precios no son bajos, una cerveza puede llegar a costar aproximadamente 10$ de
Singapur. Clarke Quay está situada a
orillas del río, con edificios bajos y pintados con colores llamativos en los
que se encuentran los bares y restaurantes. Durante el siglo XIX, este área era
considerado como el principal centro comercial de la ciudad, con un gran
tránsito de barcos cargueros transportando mercancías. Este vaivén de navíos
sigue presente hoy en día, pero provocado por los ferries y taxis turísticos
que recorren el río de Singapur y su bahía.
Clarke Quay
Caminando por Clarke Quay
Dejando atrás Clarke Quay y en dirección al edificio de Marina Bay Sands, que se puede divisar durante todo el camino, se llega a Boat Quay. Su antigua finalidad era la
misma que la de su hermano Clarke y ahora presentan una gran competencia al
ambos dedicarse a la hostelería. Bajo mi punto de vista, este ofrece un ritmo
más frenético, siempre abarrotado y con camareros intentando atraer a clientes
de todas las maneras posibles. Aún así, los dos sitios tienen su encanto, así
que, ¿por qué no cenar en uno y terminar la noche de copas en el otro?
Donde acaba Boat Quay es donde empieza el barrio
financiero de la urbe, conocido como Raffles
places. Aquí es donde se concentran las sedes de los bancos más
importantes. Una cosa que me llamó la atención es una estatua de unos niños
tirándose al agua que me hizo recordar a la que tenemos en Santander, los Raqueros. Estos raqueros
singapurenses llevan el nombre de ‘First
Generation’, creados por el escultor Chong Fah Cheong para revivir las
escenas que sucedían en el río en tiempos lejanos. Los niños, inmigrantes y sin
recursos, pasaban sus días bañándose como si de una piscina se tratase.
Vistas de Marina Bay Sands
Por Boat Quay
Boat Quay de lejos
Raffles places
'First Generation' o los hermanos asiáticos de los raqueros
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