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Cracovia, parte II
22.12.14
Después de dar alguna que otra vuelta por la plaza
del Mercado, lo mejor es acercarse al Collegium
Maius, el edificio más antiguo de la Universidad de Jagellónica y de todos
los edificios universitarios de Polonia. Sus orígenes se remontan al siglo XIV
y entre los estudiantes más célebres que han pasado por sus pasillos se
encuentran Nicolás Copérnico y Juan Pablo II. En la actualidad, su interior alberga
el Museo de la Universidad, con gran cantidad de instrumentos históricos
utilizados para la astronomía, la meteorología, la cartografía, la física y la
química. El precio de entrada es de 12 PLN para adultos, 3 euros, y 6 PLN para
estudiantes, 1,50 euros.
Retrocedemos hasta llegar a la plaza del Mercado de
nuevo y esta vez cogemos la calle
Grodzka, la más importante junto con la de Florianska, ambas consideradas
como la Milla de Oro de la ciudad. Esta vía nos llevará hasta el Castillo de
Wawel, no sin antes pararnos a ver la Iglesia
de San Pedro y San Pablo, construida por los jesuitas entre 1597 y 1619. Es
de estilo barroco y llama especialmente la atención las 12 figuras de los
apóstoles que están colocadas a la entrada de la misma.
Justo al lado de este templo está ubicada la Iglesia de San Andrés, cuya
construcción se realizó entre 1079 y 1098 y considerada como uno de los
edificios religiosos más bonitos del romántico. Siguiendo por Grodzka,
llegaremos a la Basílica de la Santa
Trinidad, conocida también como Iglesia de los Dominicos. Merece la pena
entrar a verla y además es gratuito.
Exterior del Collegium Maius
Interior del Collegium Maius
Iglesia de San Pedro y San Pablo
Iglesia de San Andrés
Basílica de la Santa Trinidad
Interior de la Basílica
Y un poco más adelante empezaremos a divisar la colina de Wawel, justo encima del río Vístula, el más importante de
Polonia y uno de los principales de la Europa oriental. Esta colina estuvo
habitada desde el Paleolítico y posteriormente se construyó el castillo, en estilo gótico, en el que
vivieron los reyes. En las inmediaciones de él está también la Catedral de Wawel, con una historia de
más de 1.000 años y lugar en el que se coronaba a los reyes polacos. Entrar a
verla es gratuito pero si queréis profundizar más en ella tendréis que pagar 12
PLN los adultos, 3 euros, y 7 PLN estudiantes, poco más de un euro.
Habiendo recorrido el castillo y sus murallas nos
dirigiremos a las orillas del Vístula, donde podremos ver al famoso Dragón de Wawel, que según cuenta la
leyenda, se dedicaba a devorar a los ciudadanos y nadie sabía como acabar con
él. Finalmente, dicen que fue un zapatero el que consiguió matarle rellenando
con azufre la piel de un cordero. La estatua del dragón expulsa fuego cada
pocos minutos, ¡no os lo perdáis! Y detrás de él podréis ver la entrada a su cueva, que se puede visitar pagando
3 PLN, menos de un euro.
En esta zona, os recomiendo que comáis en el restaurante Pod Wawelem, hay de todo, carnes, ensaladas, sopas… Todo por un
precio que os dejará boquiabiertos. Además, si queréis controlar lo que habéis
engordado después de comer estos deliciosos manjares, podéis pesaros al entrar
y al salir, aunque no os lo aconsejo…
Subida al Castillo
Castillo y catedral
Catedral de Wawel
Patio interior del castillo
Cueva del Dragón
Dragón de Wawel
Río Vístula y el Dragón
Peso en Pod Wawelem
Y de aquí nos iremos a Kazimierz o Barrio Judío de Cracovia, una de las zonas que más
sufrió durante la invasión nazi. Después de esta invasión quedó en un estado
lamentable y no fue hasta el rodaje de la famosa película ‘La lista de
Schindler’ cuando empezó a remontar hasta convertirse una de las zonas más
animadas de la ciudad. Siempre está llena de gente ya que tiene una gran oferta
social, desde bares donde tomar una cerveza a precios bajos, sitios de comida
rápida como los que hay en Plaza Nowi, donde os recomiendo probar Zapiekanki (pan con queso, setas e
ingredientes que desees), o tiendas de productos artesanales. De esta zona conviene
ver las siete sinagogas que hay,
entre las que destacan la de Isaac y la Vieja. También podéis acercaros al
cementerio judío.
Y para acabar, cruzando el río por el puente
Bernatek, llegaremos a Podgorze, guetto
judío creado por los nazis el 3 de marzo de 1941 como medida para “limpiar”
el centro de la ciudad. Hasta él fueron trasladados los judíos para después ser
seleccionados y enviados a los campos de concentración. Los mayores atractivos
de esta zona son el monumento de las
Sillas, en recuerdo a los judíos desplazados; la Fábrica de Schindler, donde su dueño, perteneciente a las SS, se
enteró de cómo trataban los nazis a los judíos en los campos de concentración y
decidió contratar a gran número de judíos y darles cobijo para evitar que
fuesen maltratados y asesinados (tiene un coste de 5 euros para adultos y cuatro estudiantes); y la Farmacia del Águila, otra de las
vías de salvación para los judíos que acudían ahí a comprar medicamentos. El precio
de entrada es de 2,35 euros adultos y dos euros estudiantes.
Cementerio judío
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