El poder visitar la Comuna 13 de Medellín, o Comuna San Javier, fue una de las cosas
que más me gustó. Esta ciudad se divide en comunas, o lo que es lo mismo,
barrios, cada uno de ellos tiene asignado un número. Y os preguntaréis… ¿y qué
tiene de especial la 13 que no tengan las demás? Pues bien, se trata de una de
las zonas más castigadas por la violencia y el caos durante los años 80, cuando
la falta de educación junto con otros factores, entre ellos políticos,
convirtieron el área en el banco perfecto para narcotraficantes y sicarios. La
Comuna 13 ha sido, hasta hace unos años, uno de los lugares más peligrosos e
intransitables del mundo.
Pero hoy en día, y gracias al proceso de paz que
Colombia está llevando a cabo, este barrio se ha convertido en uno de los
principales atractivos turísticos para todos aquellos que quieren conocer de
cerca que fue lo que pasó hace tan sólo unas décadas. Para poder visitar la
comuna hay que realizar un tour, uno de los más recomendables es el Zippy Tour, sus guías son jóvenes que
han vivido el calvario que azotó Medellín, y más en concreto, su vecindario. John fue el chico que nos acompañó esta
ocasión, tiene 30 años y lleva toda la vida viviendo en la Comuna San Javier,
por lo que sabe bien de lo que habla.
Él nos contó que esta zona montañosa y con riesgo de
derrumbes comenzó a ser ocupada por aquellos con pocos recursos económicos que
decidieron mudarse allí y empezar a construir sus propias casas. El Gobierno
afirmaba que eso no estaba permitido e inició la demolición de las viviendas.
Aquí fue cuando empezaron a aparecer los grupos armados, es decir, la
guerrilla, los paramilitares y las milicias urbanas. Todo esto, unido al
narcotráfico, hizo que se desatara el caos que terminó con uno de los peores
escenarios posibles: la Operación Orión.
Este operativo tuvo lugar el 16 de
octubre de 2002, con la entrada de 1.200 militares cuyo objetivo era
supuestamente restablecer el orden público tras los fuertes enfrentamientos
entre los distintos grupos.
El operativo vino a durar dos días y dejó más de 80
civiles heridos, 88 asesinatos, 100 desapariciones, 450 detenidos y 2.000
personas desplazadas. En la actualidad son muchas las familias de San Javier
que siguen pidiendo que se lleven a cabo excavaciones en la Escombrera, una montaña de basura ubicada enfrente de la Comuna
a la que los paramilitares y guerrilleros arrojaban a sus victimas.
Después de esta tragedia y como parte del proceso de
paz en el país, se decidió invertir dinero para la educación y el desarrollo de
los ciudadanos de la Comuna 13 que a día de hoy no olvidan lo que tuvieron que
vivir. John nos explicaba lo importante que está siendo educar a los niños a
través del arte, darles un motivo por el que vivir y no caer en el narcotráfico
como pasó durante los años previos. Por eso, una de las cosas que te piden nada
más iniciar el tour es que no des dinero a los más jóvenes porque esto podría
acabar con la dinámica de educación que están llevando a cabo. Si les das
dinero, no les estás ayudando, estás haciendo que en vez de ir al colegio
decidan quedarse en las calles pidiendo monedas a todo aquel que visita el
barrio San Javier.
Uno de las principales “armas” para el cambio está
siendo la utilización del arte, la
música y el baile. Por eso, nada más llegar se empiezan a ver los primeros
graffitis como oda a la esperanza, la libertad y para no olvidar el sufrimiento
de los años previos. También, la inversión en bibliotecas con Internet
gratuito, escaleras mecánicas para facilitar el movimiento de sus habitantes
(un trayecto que antes les llevaba 40 minutos, ahora se ha reducido tan sólo a
seis), y zonas de recreo para los niños. Pasear por las calles de este barrio,
verlo como es ahora, a la vez que imaginas todo lo que pasaron las personas que
viven en él hace que se te ponga la piel de gallina. Es importante no olvidar
el pasado y siempre mirar hacia el presente con esperanza y según John, para
ello es muy importante que “se conozcan las buenas noticias y no sólo las
malas, que desgraciadamente son las que se extienden como la pólvora”.
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