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Mirissa y Weligama
22.7.18
Como ya os dije en el post de Tangalle, a pesar de
que Sri Lanka es una isla pequeña, tiene dos épocas de lluvia bien
diferenciadas: de abril a septiembre
en la parte de la costa oeste y el sur y de septiembre a abril en la este
y el norte. Es por ello que, al haber estado en diciembre, la zona que pude
visitar fue la del suroeste. Tras realizar el safari en el Parque Nacional de
Udawalawe, me dirigí a Mirissa, una
de las áreas playeras más conocidas y con más turismo.
Junto con los tres amigos que me hice en el camino
(un neozelandés, una sueca y una finlandesa) decidimos hospedarnos en un lugar
llamado ‘Smouse of Wander’. Los
dueños son tres chicos libaneses súper simpáticos y hospitalarios, siempre
dispuestos a ayudar. No os puedo dar la localización ya que van a cambiar de
sitio para la siguiente temporada, pero en cuanto la tenga la compartiré para
que tengáis la misma suerte que tuve yo conociéndoles. Aun así, os muestro las fotos de la playa
donde estaban ubicados anteriormente, muy tranquilo y con una escuela de buceo
a escasos tres minutos.
Y supongo que muchos de vosotros os habréis dado
cuenta de que no me gustan los arenales muy concurridos y siempre tiendo a buscar
los que más escondidos están. La playa
de Mirissa suele estar llena de gente, tanto por el día como por la noche,
al ser uno de los mejores lugares para salir de fiesta. Por este motivo, nos
recomendaron pasar el día en ‘Secret
beach’, que como su propio nombre indica es bastante secreta y cuesta un
poco llegar a la misma. Además hay que pagar 25 rupias (0,13 céntimos de euro)
en el puerto para poder entrar al camino que te lleva y que por cierto, es lo
que para mi se corresponde con el paraíso. En cuanto a la noche… Mirissa
siempre es una buena opción, llena de restaurantes, bares y discotecas a pie de
playa.
Playa de Mirissa
Puerto que hay que atravesar para Secret beach
Secret beach desde arriba
A pocos kilómetros de aquí está Weligama, uno de los mejores sitios para aprender a surfear, y
también con una amplia oferta hotelera y gastronómica. Podéis elegir entre
quedaros un par de días en Mirissa y otros aquí o moveros de un lugar a otro en
autobús público o tuktuk. Si optáis por pasar las noches en Weligama, os
aconsejo que lo hagáis en Kaori Café and Villa o si preferís ambiente de
hostal, Hangtime, aunque los precios son un poco elevados. Sea como sea y si os gustan los buenos desayunos o brunchs tanto como a mí, os recomiendo que vayáis a Nomad
Café Boutique, que en el poco tiempo que llevan abiertos han conseguido
convertirse de uno de los cafés de referencia en la zona y eso que no han hecho más que empezar.
Otras de las playas que visité fueron las de Midigama, donde se encuentra la Cheeky Monkey
Guesthouse, un hostel conocido por sus miércoles de fiesta; y Ahangama, un buen punto para ver a los
famosos pescadores zancudos o ‘stilt
fishermen’ (los cuales han ido perdiendo la tradición y ahora simplemente están
allí posando para que los turistas les paguen por sacarles fotos), o relajarse
tomando algo en el Mojo Beach Restaurant al caer la tarde.
Weligama
Midigama
Ahangama
Stilt Fishermen
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