Uno de mis viajes más soñados se ha hecho realidad.
La pasada semana, concretamente el lunes a las cinco de la mañana, un autobús
me esperaba enfrente de mi casa en Gold Coast para llevarme hasta el aeropuerto de Brisbane. Dos horas
más tarde, con el pasaporte y los billetes en la mano y unas ganas tremendas de
llegar, pasaba bajo el cartel de la puerta de embarque con destino Sydney. Durante el trayecto imaginaba
cómo sería esa ciudad que llevaba rondando mi cabeza años, para ser más precisa
desde que tenía 10, cuando construí con mi padre una pequeña maqueta de madera
de la Opera House.
Y tras hora y media de vuelo, voilà, ahí estaba! El aeropuerto
de Sydney se encuentra a escasos kilómetros de la urbe, tan sólo se tarda
20 minutos y aunque hay varias opciones para llegar, yo os voy a recomendar la
más barata para que no paguéis por el suplemento de aeropuerto. Justo en la
salida de llegadas está la parada del autobús, allí hay que coger el 400 hasta Mascot Station, para después tomar el metro hasta Central. Central da la posibilidad de
hacer transbordo a otras zonas, como a Kings
Cross, donde estaba nuestro hostal. De esta manera os saldrá por 5$
aproximadamente, frente a los 15 que hay que pagar si se coge el shuttle bus o el tren.
Lo mejor para ahorrar dinero en transporte desde el
principio es buscar una de las Convenience
store, pedir la tarjeta Opal y
recargarla con la cantidad que se desee, vale tanto para el tren, el metro y
los ferries. Además si haces más de ocho viajes de lunes a domingo, el resto de
trayectos son gratis. Por otro lado, si buscáis alojamiento asequible podéis
mirar el hostal en el que nos quedamos, Sydney Star Hostel, muy céntrico. No es un lugar de ensueño, las habitaciones son
pequeñas pero por 180$ la semana, 128 euros, con desayuno incluido no está nada
mal.
Lo primero que vimos fue la Catedral Metropolitana de Santa María, dedicada a María Auxilio de
los Cristianos, la patrona de Australia. Este templo católico es el más grande
del país y se empezó a construir en el año 1821 con el objetivo de satisfacer
las necesidades religiosas de los presos que se enviaban de Gran Bretaña desde
1788, la de los colonos y el ejército. Es el primer edificio religioso de los
que veo en Australia que se parece a los que nos podemos encontrar en Europa.
La entrada es gratuita, salvo que se quiera visitar la cripta que son 5$.
Justo enfrente está Hyde Park, el parque público más antiguo de Australia, creado en
1878. Tiene varios atractivos, como por ejemplo la fuente de Archibald, llamada así porque fue J.F. Archibald,
periodista y dueño del magazine The Bulletin quien la subvencionó. Archibald
puso un requisito para la construcción y es que el artista que la diseñase
debía ser francés y por tanto se eligió a Mathew De Andrade, un famoso escultor
de aquella época. La razón por la que quería que fuese francés era por su gran
amor a la cultura francesa y con el objetivo de conmemorar la alianza entre
Francia y Australia durante la 1ª Guerra Mundial.
En Hyde Park también está levantado el Anzac War Memorial, terminado en
1934 para recordar a las personas australianas que dieron su vida por el país
en la 1ª Guerra Mundial. Se puede ver el interior gratuitamente y además a la
entrada hay un guía que te va explicando el significado de cada cosa. Para los
que no lo sepáis Anzac significa Australia and New Zealand Arm Corps y para
estos dos países es muy importante recordar a las víctimas, tanto que cada 25
de abril, en todas las ciudades australianas, se organizan desfiles y está
declarado como día de fiesta nacional.
Otras de las cosas que atraerán vuestra atención en
el parque son la estatua dedicada al
Captain Cook; el Obelisco, de 22
metros y tallado en piedra, que sirve como respiradero para el sistema de
acantarillado de Sydney; y el Yininmadyemi,
creado por el artista aborigen Tony Albert en honor a la valentía y los
sacrificios de los hombres y mujeres aborígenes. Está formado por cuatro balas
de siete metros que apuntan al cielo en
honor a los que sobrevivieron y otras tres tumbadas sobre la hierba por los
aborígenes que murieron defendiendo sus tierras.
Fuente de Archibald
Anzac War Memorial
Bóveda del memorial
Cada estrella representa a las personas de Nueva Gales del Sur fallecidas en la Guerra
Vistas de Hyde Park desde el Memorial
Yininmadyemi
Obelisco
Estatua del Capitán Cook
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