Y después de una semana recorriendo parte de los
paisajes montañosos de Sri Lanka, llegó la hora de dirigirme a la costa para
ver sus playas. Antes de todo,
deciros que a pesar de ser de pequeño tamaño, este país tiene dos épocas de
lluvia que determinarán las zonas a visitar en vuestro viaje: de abril a septiembre en la parte de la costa oeste y el sur y de septiembre a abril en la este y el norte. Yo fui todo el mes de
diciembre por lo que visité de Tangalle, al sur, hasta Colombo, es decir, todo
el suroeste.
Para llegar a Tangalle, mi siguiente destino, cogí un
autobús público desde Ella. Me costó 205 rupias, 1.07 euros, y el trayecto fue
de tres horas y media. Por tanto, llegué allí sobre las cuatro de la tarde y me
dirigí a Onil Reach Guest House, donde
habían reservado habitaciones mis amigos del día anterior. Su dueño nos dejó
pagar 1.000 rupias por persona (cinco euros) en habitación doble con baño
privado. El sitio estaba bastante bien, el staff
era súper agradable, el único problema es que hacía mucho calor en los cuartos
por lo que dormimos con la puerta abierta. La Guest House, al igual que la gran
parte de los alojamientos en Asia, no aparece en Internet por lo que si queréis
quedaros aquí tendréis que preguntar al llegar.
La ubicación también era muy buena, a dos minutos de la playa principal de Tangalle, por lo
que nada más dejar mi equipaje me dirigí allí a descansar y esperar a que
anocheciese. Durante este tiempo pudimos ver a los pescadores recogiendo sus
redes para vender el pescado a la hora siguiente. Es curioso ya que se juntas
todos los pescadores a tirar con fuerza del entramado donde los peces son
atrapados, y comienzan a llamar a los turistas para que les ayuden. A la hora
de cenar puedes ver estos pescados a la venta en stands en todas las calles y
carreteras del lugar.
Playa principal de Tangalle
Calles próximas a la playa
Tangalle y sus playas son muy tranquilas, hay turistas pero no tantos como en otros puntos
del país. Es ideal para ir dos o tres días a descansar y relajarse antes de
llegar a Mirissa, Weligama y otros arenales ubicados más al norte. Hay quien
dice que en este área se encuentran algunas de las playas más bonitas y yo puedo
corroborarlo con la de Goyambokka,
una pequeña cala con dos o tres chiringuitos playeros donde pasamos el
siguiente día. Bajo mi punto de vista, lo mejor es alquilar una moto e ir
recorriendo la costa pasando por paraísos como el anterior y sus vecinas Hiriketiya o Marakolliya.
Hiriketiya
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